jueves, 28 de abril de 2011

PERSEGUIR METAS...

EL ALEGORÍA DE LA RANA
Erase una vez una carrera... de ranas. 




El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.
 Muchas personas fueron a verlas correr y a animarlas.

La carrera comenzó.

Pero en realidad, las personas no creían que las ranas pudieran llegar a lo alto de la torre, y lo único que se oía eran frases del tipo: 
- "¡Es inútil! ¡No lo conseguirán! ¡No llegarán jamás!"

Las ranas empezaron a resignarse, salvo una, una que seguía subiendo y subiendo.



Y el público seguía diciendo:
- "¡¡¡...no vale la pena... No lo conseguirán..., No llegarán nunca!!!"

Y las ranas se dieron por vencidas menos una que continuaba subiendo

Al final, todas abandonaron menos la rana que sola y gracias a sus esfuerzos alcanzó el alto de la torre. 
Las otras ranas extrañadas, quisieron saber como lo había hecho.




Una de ellas se acercó para preguntarle cómo había hecho para llegar al final de la prueba, y descubrió que...

¡ERA SORDA!

No escuches a las personas que tienen la costumbre de ser negativas... 

Recuerda el poder de las palabras que escuchas o que lees  y sé ¡SIEMPRE POSITIVO!
MORALEJA

"Se sordo cuando alguien te diga que no puedes conseguir tus objetivos o realizar tus sueños."



miércoles, 27 de abril de 2011

APRENDER


Después de algún tiempo...
APRENDERÁS la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y 
APRENDERÁS que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a APRENDER que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y 
APRENDERÁS a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo
APRENDERÁS que el sol quema si te expones demasiado... aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...
APRENDERÁS que hablar puede aliviar los dolores del alma.... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
APRENDERÁS que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
APRENDERÁS que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos.
APRENDERÁS que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a APRENDER que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
APRENDERÁS que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve...
APRENDERÁS que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
APRENDERÁS que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...
APRENDERÁS que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
APRENDERÁS que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.
APRENDERÁS que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.
APRENDERÁS que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel. Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo... No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que APRENDER a perdonarte a ti mismo.
APRENDERÁS que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
APRENDERÁS que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
APRENDERÁS que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
Es que realmente la vida vale
cuando tienes el valor de enfrentarla!!!.


(Desconozco quién ha escrito este texto. Aunque  se le atribuye a  autores como Sakespeare, Neruda..., no está confirmada su autoría. Lo he conseguido vía Counselling & Formación... GRACIAS!!!)

martes, 26 de abril de 2011

TE DESEO...




TE DESEO primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.


TE DESEO también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

TE DESEO además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

TE DESEO que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

TE DESEO de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

TE DESEO que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

TE DESEO que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas esta hecho un árbol.

TE DESEO, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quien es el dueño de quien.

TE DESEO también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

TE DESEO por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.



(Victor Hugo)